De manera acorde con su nueva programación, atenta a un vínculo próximo con la nueva escena artística, Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080) recibe hoy, a partir de las 18 y con entrada libre y gratuita, la primera edición del Festival Wave: un encuentro musical entre arte y tecnología; con bandas, puesta lumínica y muestras de artistas locales. “Lo estamos organizando en conjunto con el Fontanarrosa, que recibió con brazos abiertos a la iniciativa, y se armó un muy lindo equipo para el evento”, comenta Ignacio Cuenca a Rosario/12.

Cuenca, además, es el bajista de Las Formas, grupo musical que integra junto a Nazarena Vidal (voz, teclados), Agustín Muntaabski (teclados, guitarras y programaciones) y Andrés Cracogna (batería, voz); quienes participarán de la propuesta musical de hoy junto al dúo electrónico GGLIVE. Compartir espacios nuevos continúa como un lugar a defender en el escenario que ofrece la ciudad. Como señala el músico: “En términos culturales y artísticos, y ya desde antes de la pandemia, te diría, la ciudad está como en una instancia de sequía. Tenemos los espacios que son referentes, como el CEC y los Galpones, pero en estos últimos años han habido muy pocas iniciativas con las cuales albergar actividades culturales. Lo veo así, por lo menos, desde la parte de la música, y considero que es gravísimo. Es algo que se relaciona también con otras aristas, que complejizan más el asunto, como la situación que estamos atravesando con respecto a la inseguridad. Así que cuando se abre una puerta, como la que nos abrió ahora el Fontanarrosa, es fundamental”.

-¿Cómo surge Wave?

-Desde el año pasado lo venimos llevando adelante con el equipo de Las Formas. Con los chicos veníamos pensando en que estaría bueno generar un espacio que diera albergue no solamente a tocadas para bandas; y así surgió la idea de armar un Festival. Bueno, esto fue durante diciembre de 2023, y la idea pasó a mejor vida, o por lo menos quedó en el freezer, debido a todo lo que vivimos a fin de año, que fue caótico y de mucha incertidumbre. A medida que fueron pasando los meses, la idea empezó a reflotar. Y gracias al Fontanarrosa y la recepción que nos dieron, pudimos reactivarlo. La idea surge, básicamente, de poder juntar lo que es la música con distintas disciplinas; en este caso, con intervenciones lumínicas, que estarán a cargo de Acoople, que es también un estudio arquitectónico y se dedica a instalaciones más ambientales, y exposiciones de artistas de distintas disciplinas. Tenemos gente que va a exponer fotografías intervenidas, collages con fotocopiadoras, pintura al óleo. Todo atravesado con lo que es nuestro espíritu, que tiene que ver con cómo los medios tecnológicos pueden llegar a explorar nuevas posibilidades en la obra artística.

-¿Será en la planta baja? ¿En la explanada también?

-Por una cuestión climática, pensamos ocupar los espacios interiores del Fontanarrosa, también porque tiene sus particularidades edilicias, que nos parecían muy potentes para la ambientación escenográfica. Allí mismo vamos a tener un área de feria y gastronomía, con emprendimientos locales que van a estar ofreciendo sus productos. Son como la parte del mercadito que hemos armado para acompañar el evento.

-Que se ocupe el espacio público, y más aún desde los jóvenes, resulta de suma importancia para los días que tocan, ¿no?.

-Creo que Wave llega al Fontanarrosa en un momento clave para todos, tanto para el equipo del Fontanarrosa como para nosotros, porque medio que nos sumamos sin querer a una agenda que tiene que ver volver a abrir las puertas del Fontanarrosa, con una agenda activa, que pueda también inyectarle vida nocturna a una zona que, por la noche, queda bastante desolada. Con la inseguridad y con toda la paranoia que se genera, poder ocupar estos espacios en horario nocturno creo que es la mejor forma de contrarrestarlo. Me parece que es la manera que tenemos para poder combatir, al menos desde el lado nuestro, toda esta situación terrible que estamos viviendo.

-A propósito, la propuesta musical de Las Formas es notable; entre otras cuestiones, por el concepto sonoro y el trabajo vocal que ofrecen.

-La idea del grupo era, justamente, poder armar distintos juegos con las voces, y desde allí explorar. Con la sonoridad del disco (Espejismo, 2023), nos hemos tomado casi dos años en arreglarlo, grabarlo y producirlo. La verdad que estamos muy contentos con el resultado, ya pensando en próximas composiciones, y con la cabeza puesta en cómo hacer lo que viene.