Pocas palabras, casi ninguna. Sonidos de mar, de pájaros, del viento golpeando en las nubes. Mucha música y algunas canciones. Luces bajas y objetos de colores cubriendo todo el espacio. Muñecos y títeres, actrices sobre un escenario participativo que invita a lxs pequeñxs espectadores a ser parte de la obra. Así suelen ser las funciones del cada vez más en auge teatro para bebés, una convocatoria a los niñes menores de 3 años a vivir estos espectáculos que son una iniciación al mundo del arte, previos a la adquisición del lenguaje.

El teatro para bebés se está volviendo una alternativa para las madres, padres y cuidadores que no saben a dónde llevar a lxs pequeñxs, porque la mayoría de las ofertas infantiles son para niñxs mayores. Es una forma de introducirlos al formato escena, aunque mucho más desestructurado ya que la línea entre espectadores y actrices/actores es mucha más difusa. Lxs bebés se pierden en el escenario, tocan, cantan y participan como si fueran parte esencial de la puesta. “Entendemos que es fundamental que arte e infancia vayan de la mano. Cualquier manifestación artística enriquece, facilita, da herramientas, abre puertas. En este caso poder conectarse con un hecho artístico que sucede en tiempo real, que permite que todos los que estamos en ese momento en la sala podamos apropiarnos de lo que está pasando en escena desde nuestro propio universo, darle sentido a través de nuestra realidad y sobre todo dejarnos llevar por lo que nos despierta  esa vivencia es una experiencia  absolutamente beneficiosa y necesaria en los tiempos que corren, y poder conectarnos desde pequeños con estos momentos es clave”, asegura Daniela Gonzáles, directora de la obra Sueños Curiosos.

La exploración, el recorrido del espacio y el sentido del tacto son algunos de los elementos que se ponen en juego en este tipo de obras. En Flotante, hay globos atados con piolines en el escenario y los bebés y niñes pequenes los tiran para arriba y se divierten pudiendo transformar el espectáculo, al no ser sólo espectadores inmóviles.

Natalia Chami, la performer de la obra afirma: “Se siente una libertad contagiosa que seguimos disfrutando en cada función. Lo más emocionante es cuando sin darnos cuenta estamos jugando adultes, bebes, niñes y payasa sin haber dicho ni una sola palabra”. Chami cree que la obra es mucho más que pasar un buen momento: “Para nosotras hacer Flotante ya es una forma de compromiso con el futuro. En un momento donde aún se están formando los sentidos, es una experiencia llena de estímulos que apelan a su sensibilidad, y a abrir la percepción de la belleza confiando que esa experiencia impregne de alguna forma y sutilmente en el desarrollo personal de cada individuo”.

El teatro para bebés invita a jugar y a apropiarse de lo que sucede en el escenario, y para lxs adultxs es una invitación a bajar el propio ritmo interno. En Un día con vos dos mujeres actúan con mímica momentos cotidianos e introducen cajas con texturas, cintas de colores y aros. “Creemos que frecuentar o por lo menos acercarse alguna vez al teatro ayuda a despertar una sensibilidad que tal vez en la vida cotidiana no se presenta. El hecho de ingresar a la sala, de sentarse, propone un tiempo diferencial que predispone al desarrollo de la sensibilidad. Son todas apuestas a futuro, pensando en ofrecerles lo mejor”, afirma Eugenia Palioff, directora de Un día con vos.

Las primeras apuestas de este tipo de obras surgieron hace 25 años con el proyecto de Circo a Upa. Daniel González dice: “Intento desde la puesta, el repertorio musical, desde las imágenes, que los adultos que acompañan se sientan convocados y movilizados por la propuesta. Y me produce una satisfacción enorme cuando eso sucede”.

Flotante: lunes 4 de marzo, 16 y 17 horas, en el Camarín de las Musas.

Sueños curiosos: domingos de febrero a las 17 en el CC Borges.