Acordar con tenedores de bonos privados dejar de pagar los servicios de deuda durante los próximos dos años. Extender los plazos de vencimiento, reperfilar los intereses y dejar de recibir los desembolsos que quedan del préstamo del FMI. Este es el camino para restaurar la sostenibilidad de la deuda argentina que propone el economista Martín Guzmán , especialista en el tema y colaborador del Premio Nobel Joseph Stiglitz. La propuesta fue presentada en una conferencia sobre gestión de la deuda que se realizó este martes en el Palacio de las Naciones de Ginebra, la sede de las Naciones Unidas en Europa.

Fuentes cercanas al presdente electo, Alberto Fernández, valoran el prestigio y el concocimiento de Martín Guzman en materia de reestructuraciones de deuda, y lo siguen con atención. Incluso suelen consultarlo sobre estos aspectos. Más allá de estos acercamientos, esto no significa que la propuesta de Guzman sea efectivamente el plan de reestructuración que prepara el próximo gobierno. De hecho, Guillermo Nielsen, cercano a Fernández y con amplia experiencia en negociación de deuda, dijo que ni él ni Adrián Cosentino avalan la propuesta de dejar de pagar la deuda por dos años. Lo escribió en su cuenta de twitter para desmentir una publicación periodística.

Aun así, hay algunos puntos en común entre Guzmán y el equipo económico de Fernández. Sobre la propuesta del investigador de que Argentina deje de recibir desembolsos del FMI, el mismo presidente electo ya se expresó públicamente en la misma línea. “Yo no quiero que los argentinos le deban más plata al Fondo”, señaló en su viaje a México. También hay otro punto en común. “Restaurar la sustentabilidad de la deuda es una condición necesaria para la recuperación económica. Y la recuperación económica es una condición necesaria para restaurar la sustentabilidad de la deuda”, dice la presentación de 26 diapositivas de Guzmán. Este fue un concepto que ya mencionó Fernández: "La economía se tiene que recuperar, tiene que volver a producir, tiene que volver a exportar y de ese modo tendrá dólares para hacer frente a sus obligaciones”, aseguró durante la entrevista que le realizó Rafael Correa.

Una reestructuración con quita de capital es avalada por economistas que no son precisamente kirchneristas, como Miguel Ángel Broda. En una entrevista radial, dijo que “si no hay quitas, en un año Argentina vuelve a estar de nuevo como ahora”. Dijo que es un tema a trabajar en forma “urgente” dado que el actual presidente, Mauricio Macri, deja al país “práctiamente en default”.

La gran prueba

El economista argentino Martín Guzmán, investigador y profesor en la Universidad de Columbia, en Nueva York, aseguró este martes en su exposición ante la Unctad que, cuando hay un problema de deuda soberana, las reestructuraciones suelen ser “demasiado tarde, ofrecen muy poco alivio y llevan a más angustia y, finalmente, a otro incumplimiento”. Y la única forma de que funcionen es con “un shock de buena suerte”.

En este sentido, Guzmán presenta a la Argentina como la próxima gran prueba para el actual sistema de resolución de crisis de deuda soberana. “¿Será funcional el sistema esta vez a resolver la crisis en tiempo y forma?”, se pregunta el investigador. Como posible camino plantea el reperfilamiento con tenedores de bonos privados, que implique dejar de pagar deuda durante 2020 y 2021. Además, converger al superávit fiscal primario y a una balanza comercial consistente “a una velocidad que no cree efectos macroeconómicos desestabilizadores”. Por otro lado, recomienda dejar de recibir lo que resta de desembolsos del préstamo récord con el FMI. Y agrega que la fecha límite para lograr una reconfiguración exitosa es el mes de marzo próximo.

Antes de abordar sus recomendaciones, Guzmán explicó la situación de la deuda argentina. Dijo que el país no tiene acceso a los mercados internacionales de crédito y que no es posible cumplir con los pagos de deuda programados. Para explicar la actual situación que afronta la economía local, utilizó tres etapas. La primera: un nuevo gobierno en 2015 que trajo cambios en el acceso a los mercados con un “shock positivo de expectativas”. La segunda: cambio de expectativas en abril de 2018 y un acuerdo entre Argentina y el FMI, con un préstamo récord que incluyó un programa macroeconómico con “políticas fiscales y monetarias contractivas”. La tercera: una situación económica deteriorada, con caída del PBI durante dos años seguidos, devaluación y tasa de desempleo mayor al 10 por ciento. La tercera etapa finaliza en octubre de 2019 con Macri perdiendo las elecciones: “Alberto Fernández es elegido como presidente y enfrentará el desafío de resolver la crisis macroeconómica y social”