Mientras las estrellas del circuito se divertían en una exhibición para recaudar fondos para ayudar a las víctimas de los incendios en Australia, los jugadores de menor ranking estallaron contra la ATP, la WTA, la ITF y la Federación Australiana por tener que jugar la clasificación para el primer Grand Slam del año bajo un aire contaminado por el humo, que les podría traer perjuicios para la salud. 

Bajo techo, con aire acondicionado y con momentos divertidos, las grandes estrellas llevaron adelante una exhibición solidaria. Novak Djokovic, Rafael Nadal, Stefanos Tsitsipas, Alexander Zverev junto Naomi Osaka, Coco Gauff y Petra Kvitova, dirigidos por Serena Williams y Caroline Wozniacki, hicieron las delicias del publico, para juntar dinero para las víctimas de los incendios. 

Pero ese clima resultó muy distinto a lo que está sucediendo durante los partidos de clasificación para el Abierto de Australia, donde los tenistas están sufriendo las consecuencias del humo en el aire. "Perdón, ¿Jugué con una versión de mayor intensidad que ésta sin estar médicamente informada?", se preguntó la estadounidense Nicole Gibbs en su cuenta de Twitter, después de perder con la británica Harriet Dart en la segunda ronda de la clasificación, junto con una imagen del Melbourne Park cubierto de humo y un informe que decía que las partículas en el aire podrían afectar la salud en temas relacionados con cáncer, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Mucho más duro fue el canadiense Brayden Schnur, 24 años y 104 del ranking, que se despachó contra Roger Federer y Rafael Nadal y los calificó de "egoístas" por no haber alzado la voz para que el torneo se reprogramara en otra fecha, con condiciones ambientales más saludables, algo que, por ejemplo, había pedido el serbio Novak Djokovic.

"Los mejores del mundo tienen que ser la voz de los tenistas menos conocidos. Roger y Rafa son un poco egoístas al pensar en sí mismos. Debido a que están cerca del final de sus carreras, lo único en lo que están pensando es en su legado y no en el deporte en sí", disparó Schnur, que ganó su partido ante el austríaco Sebastian Ofner y ahora debe vencer al belga Kimmer Coppejans para acceder a la última fase de la qualy, el paso indispensable para llegar al cuadro principal.

"Esto es algo que debe venir de los jugadores de la parte alta del ranking. Roger y Rafa son un poco egoístas pensando solo en ellos y en sus carreras", completó Schnur en su contacto con la prensa. Tras la repercusión por sus palabras, el jugador aseguró que había sido sacado de contexto y se disculpó con los dos astros.


Sin atacar a las estrellas, el estadounidense Noah Rubin también se refirió a la diferencia en el trato que tienen los organizadores con los grandes nombres respecto a lo que pasa con los jugadores que completan el Tour. "En el caso de que Federer o Djokovic estuvieran jugando la final, ¿Hubiésemos hecho las cosas de forma diferente? Esa es la pregunta, y hay que suponer que no estarían jugando en estas condiciones", expresó Rubin, de 23 años y 249 en el ranking.

El norteamericano, que quedó eliminado al perder con el japonés Hiroki Moriya, justificó que todos los jugadores se presentan igual en el certamen bajo estas condiciones ya que por avanzar una fase o ingresar al cuadro principal supone ganar más dinero que en cualquier otro torneo. "No tenemos demasiadas oportunidades para ganar el dinero que ganamos aquí y subir en el ranking", explicó Rubin.

Pero lo que más molestó a los tenistas ubicados más allá del puesto 100 del ranking es un mail que les envió la ATP y la organización del Abierto de Australia, en el que destacaron que las condiciones ambientales eran "un desafío" para los jugadores y que los médicos garantizaban que las condiciones son "aceptables para jugar al tenis", a pesar de las recomendaciones para la población civil de no salir a la calle o evitar el contacto con el aire contaminado.

Liam Broady, un inglés de 26 años y colocado en el puesto 234 del ranking, dejó en claro su enojo en un posteo en su cuenta de Twitter. "Cuanto más pienso en las condiciones en las que jugamos hace unos días, más me hierve la sangre. No podemos dejar que esto suceda", aseguró Broady, quien calificó "como un cachetazo en la cara" el mail de la ATP.

El británico, que cayó en la primera fase de la qualy ante el al bielorruso Ilya Ivashka casi sin oponer resistencia, formuló una serie de preguntas retóricas para expresar su fastidio. "¿El día que jugué la clasificación se advirtió a los ciudadanos de Melbourne que mantuvieran encerrados a sus animales y esperaban que nosotros saliéramos a desarrollar una competencia física de alta intensidad? ¿Qué tenemos que hacer para crear una unión de jugadores? ¿Dónde está la protección para los y las tenistas? ¿Cuándo muchos jugadores que no sufren asma usen spray para el asma en la cancha? ¿O cuando un jugador colapse y se retire por cuestiones respiratorias", se preguntó el tenista. "En el tour dejamos pasar tantas cosas que no están bien, pero en algún momento tenemos que defendernos. Todos los jugadores necesitan protección, no solo unos pocos".

El descargo de Broady motivó muchas reacciones de sus colegas. El alemán Dustin Brown explicó que usó un spray para asma por primera vez en su vida, porque el médico le dijo que estaba incubando un virus, mientras que el británico Jay Alexander Clark aseguró que los 25 segundos entre punto y punto le parecían cinco por los problemas que tenía para respirar.

Sin embargo, lo más curioso fue el intercambio entre el canadiense Vasek Pospisil y su comatriota Peter Polanski. Pospisil, que llegó a ser 25 del mundo aunque hoy tiene que atravesar la qualy para ingresar al cuadro principal, es integrante del consejo de jugadores de la ATP y respondió de manera contundente la publicación de Broady: "No lo permitiremos".  Con ironía, su compatriota escribió "Suena bien", con un gif con la icónica imagen de la película Titanic en la que Rose le promete a Jake que nunca lo olvidará.