Música y Psicoanálisis, dos campos diferentes, pero dos campos a su vez muy amigos. Respecto de la música no hay duda de que se trata de un lenguaje universal, o como decimos los analistas de un “medio de goce” que atañe al (parlêtre) “serhablante”. José Miguel Wisnik en Sonido y sentido plantea que las sociedades existen en la medida en que pueden hacer música en tanto pueden hacer un mínimo orden respecto de las violencias del exterior.

Como analistas podríamos agregar que la música no sólo está al servicio de “ordenar” algo del exterior violento, sino que además su función de “velo” implica muchas veces un aplacamiento de lo que podríamos llamar los ”ruidos” internos de un sujeto.

Esos “ruidos” curiosamente no necesariamente sonoros. Ruidos que a veces son simplemente frases, palabras, imágenes. ¿Cómo fuimos hablados desde un tiempo primordial? ¿Cómo la música nos permite acceder a esa dimensión sustancial que nos atraviesa? ¿Qué le enseña la música al psicoanálisis? Tomaremos distintas aristas: ritmo, silencio, ruido, síncopa, estilo, interpretación, entre otras. ¿Qué extraemos en tanto analistas de dichos fenómenos musicales? ¿En qué medida nos conciernen en nuestra práctica?

La formación de un analista involucra esencialmente un ir más allá de los efectos sugestivos de la palabra.

La música: ¿es el objeto bello?, ¿por qué Miller, en su Conferencia en Río (2016) sobre “El Inconsciente y el cuerpo hablante”, equiparó lo que Joyce fue a la literatura con lo que Schöenberg fue a la música? Si partimos de Schöenberg, ese músico de talento y lucidez indudables en una extraña Viena en la que convivían los valses vieneses con la incertidumbre, tendremos algunos indicios de las vías que él abrió, plasmadas en su dodecafonismo y la música atonal, agujereando el clasicismo de las bellas formas, abriendo caminos para lo que desarrollan el jazz, el rock, y tantos otros géneros.

¿Qué nos enseñan los músicos acerca de la música como experiencia de cuerpo? El tratamiento del autismo es otra de las batallas clínicas y políticas del psicoanálisis. Su causa no puede reducirse a una sola explicación consensuada. A diferencia de la orientación cientificista biológica o genética que lo caratula de “trastorno cognitivo”, la exploración clínica desde el psicoanálisis aborda el espectro autístico desde la diversidad. Así valdrá observar la relación que se establece con la música analizando casos clínicos, para de este modo avanzar guiados por la enseñanza de Lacan.

Retomando lo planteado en el comienzo, referíamos al ruido, a los ruidos internos del ser hablante. O más precisamente a los ruidos que vienen de “lo real". En la era del “Todo el mundo es loco” tal como nos enseña Jacques Alain Miller, o del “somos todos delirantes” nos proponemos abrevar en la música en tanto ésta podría ser una vía de acceso a la voz en tanto objeto a, áfono.

Estas y muchas otras cuestiones guían un recorrido que desde hace un tiempo venimos desplegando junto a un grupo de colegas. Apasionantes preguntas que conducen nuestro trabajo.

 

*Médica psicoanalista, miembro EOL-AMP. Fragmento.