Las víctimas de violencia familiar ¿cómo resolverán la cotidianidad de los golpes que reciben en sus casas si dependen de una cuarentena obligatoria? No serán suficientes las recomendaciones telefónicas que puedan recibir desde sus casas donde conviven con el golpeador.

En realidad esas recomendaciones siempre fueron parcialmente útiles. Cada vez más se comprende la tarea que realizan las profesionales que se hacen presentes cuando se marca-gratuitamente-el número 137- que depende del Programa las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia y DDHH, y después dialogan cara a cara con la víctima.

Actualmente, el 137 se encuentra encuadrado en lo que se denomina área esencial o crítica de prestación de servicios indispensables frente a la pandemia del COVID-19.

Los Equipos, una vez recibido el llamado telefónico, salen en un móvil policial en busca de la mujer maltratada para conducirla a la Oficina de la Corte y allì obtener la dirección del juzgado donde se tramitará su denuncia.

“Si, pero si el hombre está en la casa?"… Lo que hemos visto es que las mujeres se refugian en una comisaria y allí vamos a buscarlas. O bien llegamos y nos encontramos con una mujer tan golpeada que nos solicita ser trasladada a un hospital. Por su parte los violentos se encuentran con dos profesionales acompañadas por un policía y la situación puede cambiar su perspectiva. Otras veces no se abre esa puerta.

El 137 continúa cumpliendo con su trabajo acompañando también a las víctimas de violencia sexual, niños, niñas o adultas. Sus Equipos se especializan en urgencias y emergencias y se caracterizan por su presencia permanente al lado de la víctima.

El virus corona ha paralizado a mucha gente, pero no a los violentos y en las cuarentenas se han abierto violencias innumerables encerrando a las mujeres a merced del dominio patriarcal.

Cumpliendo con su antigua historia, desde el año 2006, el 137, ahora federalizado alcanza a todo el país.

Es suficiente marcar su número y las profesionales y los choferes policías llegarán dispuestos/as a enfrentar las violencias y acompañar a las víctimas.

El virus corona tiene que disminuir momentáneamente la atención que se le prestaba mientras las profesionales intentan detener esa violencia.