“Las medidas son más que adecuadas, hay que bancar. Va a cambiar nuestra forma de vida, lo veremos cuando se flexibilicen, pasando el invierno. Mientras tanto hay que tener claro que vamos a salir, si nos aguantamos a perder un poco todos, para salir entre todos", reflexiona Eduardo San Roman, director de Terapia Intensiva del Hospital Italiano.

“Yo manejo un avión. Me ponen una estructura hospitalaria porque soy un piloto experimentado pero si no tengo el avión, no hago nada” describe San Roman. “En un hospital se atiende todas las especialidades, las 24 horas. En las clínicas hay atenciones parciales. Pero hay que desmitificar la diferencia de atención entre lo público y lo privado –puntualiza- porque lo importante es el recurso humano”. Y especifica: “En Argentina y en América latina, el actor principal, sea medico o enfermero, trabaja en ambos sistemas. Por un tema económico y de desarrollo personal”.

-¿Cuál es la diferencia al momento de evaluar la atención?

-Las diferencias entre público y privado dependen de cómo estén organizados los comités de crisis y si hay protección o no para el personal. Ahí se abren niveles de acuerdo a cómo te acercás al paciente; si lo tenés que entubar o si solo vas a acercarte a alguien que tose, según el cuadro. Pero los niveles se basan en la cantidad de recursos que puede haber para protección del personal. Hay que bancar el estándar sanitario del trabajador y coordinar con los gremios que están atentos a ese cuidado.

-Hoy abundan discusiones técnicas sobre equipos, como los respiradores.

-Hoy se habla de respiradores y satura. Me han ofrecido prototipos, algunos muy precarios. Se trata de un pulmón, no de un globo. Te salvan la vida en una urgencia cardiopulmonar. Pero si se van a usar 15 días, hay que ponerle al paciente un maquinita que responda. Igual insisto, el problema técnico más importante es que el personal tenga equipos de protección según el compromiso del paciente. Desde ahí se actúa con mayor o menor solvencia.

-¿Cuáles son los cuadros médicos a tener en cuenta?

-Según Stamboulian, para el 85 por ciento de los casos con menos de 60 años pasa como una gripe. Y si tenés menos de 40, es bajísima la posibilidad de un cuadro fatal. Pero es altísimo el nivel de contagio y ante comorbilidades, transplantes, o patologías reumatoides, somos vulnerables. Es una relación de uno a uno, y cada organismo se comporta distinto inmunológicamente. Los jóvenes tienen un sistema inmunitario que repele el virus, se van a salvar. Pero un anciano y un joven desnutrido reaccionarán igual de mal. Como es extremadamente contagioso, en el volumen, ese 15 por ciento al que le va mal es enorme, son miles.

-¿Por qué ese nivel de contagio puede afectar al sistema?

-Esto es medicina de desastres, de trauma. La gripe común mata cientos de miles de ancianos. La neumonía es una forma natural de muerte, pero no satura el sistema. Lo importante aquí es que no se sature el sistema de salud, tanto público como privado. Si en lugar de tener 10 abuelos infectados, hay 35, saturás el sistema. Hay 10 que pueden salir pero no podes individualizar el uno a uno. Los perdés, por un daño secundario del sistema. Ese 15 por ciento, en miles, es un problema. Por eso el problema es el contagio, que en este virus es muy alto. La mitad no va a morir, pero va a ocupar todas las camas. Hoy el volumen es problema del sistema.

-El sistema hoy no tiene capacidad de respuesta masiva. ¿Cómo cree que se podrá responder a esto?

-Los hospitales públicos no pueden decir "no tengo lugar". Puede decirlo un lugar privado pequeño. Y no es lo mismo que un hospital privado, instalado con emergentología, lo intensivo, cardiólogos, anestesiólogos, ciruganos, clínicos, residencia. La clínica privada tiene una emergencia acotada y alguien para la demanda espontánea, no para desastres. Esto es situación de desastre. Y es el hospital público el que primero responde porque ahí están todos los servicios. Después vendrán los especialistas, el neumonólogo y la emergencia. Hay que definir los roles.

-¿Participan los hospitales privados ante el cuadro de emergencia?

-Los hospitales privados tienen el mismo aguante y envergadura que los públicos. En el mundo pasa esto. No puede haber camas vacías. ¿Más terapias intensivas? No. ¿Más hospitales de campaña? Sí. Lo mejor es una coordinación privado-gubernamental, porque así trabaja el mundo, en un esquema que amalgama lo privado con lo público. El público va a atender siempre una cantidad mayor de pacientes, pero todos tenemos que estar dispuestos a responder.

-¿Cuál cree que puede ser a futuro, el perfil de nuestra sociedad?

-Esto va a generar otros desastres, el más traumático será el económico. "El desafío más importante de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, es este", dijo (Angela) Merkel. La pregunta es dónde está la creatividad de la economía en el mundo ante esto. Si no generamos otro petitorio al mundo, en ese sentido, las cuestiones médicas solo resolverán un parte del problema. Estamos ante esa definición.