El proyecto como DJ de Ana Figueroa comienza a tomar rumbo en 2017 cuando sus propuestas radiales se comienzan a fusionar con composiciones propias y empieza también a trasgredir los estudios. Su tendencia a fusionar ritmos e identidades latinoamericanas con música electrónica la puso a sonar rápidamente en la noche salteña.

Lana, como se hace llamar, no es más que su nombre con el clásico prefijo norteño, “La Ana”. Es salteña, trabaja ocho horas por día, además de ocuparse de la crianza de un niño de 8 años y, como si fuera poco, en sus ratos libres aprovecha y se dedica de lleno a su pasión: la música electrónica latinoamericana.

Sobre su vida artística, Lana cuenta que comenzó "a tocar públicamente hace un año y medio”. Lo dice y automáticamente se retrotrae a su pasado, “hacer radio fue lo que me acercó a las consolas, también suma que en la adolescencia escuchaba mucha música, principalmente reggae y música urbana, así que todo lo que hice en lo radiofónico estuvo relacionado con eso”.

El mundo del “under” y la ola feminista también la acercaron a simpatizar con determinadas fusiones y sonidos tanto en la radio como a la hora de componer. “Siempre me tiraron las artistas femeninas, en Salta en su momento era bastante novedoso y tenía repercusión. Me gustaba visibilizarlas y fue muy bueno cuando tomó fuerza el feminismo y comenzaron a emerger artistas mujeres y disidencias”. Esto marcó su tendencia artística hacia la mixtura de “todo lo que tenga que ver con ritmos autóctonos latinos fusionados con la electrónica”.

Si bien ya no está más en la radiofonía local, su circuito sigue siendo el de la música, ahora de la mano de las consolas. Para ponerle onda a la cuarentena, Lana se animó a los vivos por Instagram “aproveché el momento para sacar algunos sets grabados que tenía, todo cerraba perfecto ya que el aislamiento hace que la participación en las redes sociales sea mucho mayor, la verdad que la gente respondió y se sumó a lo que se me fue ocurriendo en los vivos, fue una experiencia muy nueva y copada para mí”.

Obviamente, como todo lo que tiene que ver con convocatorias de público se fue cancelando por las medidas de prevención del Covid-19, a Lana se le cayeron fechas en marzo y abril, pero eso no truncó sus ánimos y salió con cinco temas grabados con nombres muy llamativos: Lapislázuli, Ónix, Rodocrosita, Amatista y Turmalina.

Sobre la relación de la música y los cristales la DJ hace una vinculación muy energética: “me vi en el momento de tener que elegir el nombre para cada composición y terminé eligiendo las piedras que son de raíz latinoamericana. Cada una con su propiedad, su energía y sus características. Trate de relacionar intensidad y ritmo, en cada set vas a escuchar naturaleza, animales, pájaros y sonidos que tienen mucha identidad. Eso es a lo que me inclino, es muy personal y creo que eso es algo que a mí me gusta mucho y tiene personalidad”.

La propuesta que preparó Lana es ideal para romper esta cuarentena y subirse a un viaje sonoro: los sets abren paso a fusiones como una zamba con voces afro y cuelgues electrónicos loopeados. A medida que las capas se van abriendo, van apareciendo más sonidos que hacen que la atención nunca se vaya. Para explicar un poco Lana dice “vas a escuchar la zamba de Balderrama fusionada en electro, o la voz de la Negra (Sosa) metida en medio, todo es como muy identitario”.

Las pistas se pueden escuchar en su perfil de mixcloud: https://www.mixcloud.com/lanafigueroa/">https://www.mixcloud.com/lanafigueroa/