Rodeado por los cerros orientales de Bogotá, Egan Bernal se para en los pedales y ataca a sus rivales para liderar la carrera virtual desde el jardín de su casa. La postal tiene el esfuerzo físico, pero no la épica que lo hizo entrar en la historia como el primer sudamericano en ganar el Tour de France. La tecnología aplicada por Ineos, el mejor equipo del ciclismo profesional a nivel mundial, le permitió al colombiano de 23 años sortear el confinamiento para llegar de una mejor manera a la defensa del título. Pero por fuera de esa élite del deporte, ¿cuál es la realidad de aquellos atletas que atravesaron y atraviesan un encierro más terrenal?

A su vez, la fuerte intervención de la virtualidad en la primera parte de la crisis sanitaria parece haber sentado algunas bases que proyectan ser capitalizadas en el futuro. En diálogo con Claro Sport de México, Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino y flamante integrante del Comité Ejecutivo del COI, reflexionó al respecto: “Los cuatro años que nos esperan no tendrán la fluidez de recursos que teníamos. Los países vamos a tener que ser más cuidadosos con la administración de nuestro gastos, por lo cual las delegaciones no viajarán con tanta fluidez. Habrá que tener mayor creatividad para generar un mundo de competencias que sean en persona y virtuales: Algo que ya se ve en algunos deportes”.

la Super League Triathlon, en la virtualidad de los Arena Games Rotterdam 2020.


La llave virtual

Zwift es el nombre de una de las plataformas que más se utiliza en el deporte, especialmente en el ciclismo -también permite correr-. Sirve para entrenar en el encierro e incluso abrió las puertas para el retorno de algunas competencias. La triatleta Romina Biagioli experimentó esa virtualidad en cuarentena y si bien fue escéptica en un principio, luego cambió de parecer. “Me encantó. Desde hacía mucho que no competía y me provocó hasta ese nerviosismo en la preparación”, sostiene desde Brasil.

La cordobesa aclara que participó en un evento informal, pero que luego presenció una competencia ‘Legal’ en la que intervino su compañera, la brasileña Luisa Baptista. “Fui a verla en vivo -recuerda- y me pareció muy interesante. Era todo muy real". Hace pocos días, justamente, Holanda fue escenario de un evento de esas características: Dentro de un natatorio olímpico, hombres y mujeres compitieron en los Arena Games Rotterdam 2020, evento virtual en el que convergieron Zwift y la Super League Triathlon. Pedalearon en rodillos inteligentes, nadaron y después corrieron en la cinta, con transmisión internacional vía YouTube. Un mix de virtualidad y realidad en tiempos de Covid-19.

La regulación de estos torneos es particular. Cuenta Biagioli, quien compitió en los últimos tres Juegos Panamericanos y ganó cuatro Sudamericanos, que la participante debe registrar el peso, filmarse durante la acción (sin nadar cuando es a distancia) y exponer la frecuencia cardíaca para que la vean las demás competidoras, entre otros puntos.

Otras disciplinas, como el tiro con arco, también hicieron uso de la tecnología aunque sin un ciento por ciento de virtualidad. “La Federación Americana organizó un torneo con ocho arqueros Top 10 de cada categoría, que fue muy bien armado y transmitido con cámaras de alta resolución. Nosotros en Argentina me parece que estamos muy lejos de eso”, analiza Eugenia González Briozzo, medalla dorada en Lima 2019 (dupla mixta junto a Iván Nikolajuk).

Brecha, engaños y ‘doping virtual’

Ingresar a Zwift no es complejo, pero aparecen matices al hablar de los elementos que trasladan los datos de la realidad a la virtualidad. Laureano Rosas, único en la historia que pudo conectar tres títulos consecutivos en la Vuelta a San Juan, comenta que este año se estudió la posibilidad de organizar un Campeonato Nacional de ciclismo en la plataforma. “Era complicado porque hay poca gente con esos rodillos (smart) y pasaba a generar un problema”, comenta también en diálogo con Página/12.

Para que todos estén en las mismas condiciones -advierte Biagioli- entran a participar otros factores como el económico. Los rodillos smart cuestan por arriba de mil dólares y a mi me los prestó un colega”. En otro sector del deporte, todo se limita a grupos de WhatsApp: La necesidad, claro, pasa por intentar suplir la falta de competencia. “Son grupos de arqueros que deciden hacer algo y eso en sí es muy valorable por el hecho de tomar la iniciativa”, observa Eugenia sobre esas competencias a distancia y también a pulmón.

Laureano entrenó con normalidad en ruta tras la cuarentena inicial, pero recientemente San Juan -donde vive con su familia- volvió a Fase 1 por un brote de contagios y volvió al trabajo bajo techo. La deshidratación y el impacto físico que genera, lo hacen tener una lectura crítica de la plataforma, aunque asegura que es una buena herramienta para sortear el confinamiento.

El ciclista expone puntos a mejorar desde lo técnico en la virtualidad: “Tiene un montón de engaños. Si vos pesas 80 kilos y pones 60, vas a generar treinta vatios más de lo que podés generar con normalidad”. “Termina siendo toda una mentira, una suerte de doping virtual o una cosa así. No se basa en que tomen algo relacionado a la medicina para suplantar, lo van a suplantar mintiendo con un sensor pedorro y sin tener un rodillo de verdad”, advierte.

¿Hay futuro en la virtualidad?

Zwift existía desde hace bastante y se hizo moda ahora. No creo que pueda reemplazar a las carreras reales. No le veo ese futuro o tal vez me cuesta imaginarlo”, responde con franqueza Biagioli desde São Carlos, en el estado de São Paulo.

“Creo que va a pasar a un segundo plano. Puede que hagan un evento solidario o una cosa así. Hubo un Tour de France virtual y creo que no fue redituable. Va a depender mucho del negocio”, visualiza Laureano al citar un evento que testeó el mercado. Otro caso modelo en tiempos de confinamiento fue el del Madrid Open Virtual Pro de tenis.

Carreras del automovilismo en simuladores y hasta futbolistas devenidos en gamers -Twitch de por medio- forman parte del nuevo universo de la virtualidad y el deporte en 2020. Y si se mira todo desde la experiencia del consumidor, existe la alternativa de la NBA, que en alianza con Microsoft desarrolló tribunas virtuales: La llave para ingresar a la ‘burbuja’ de Disney World estando en cualquier parte del mundo y de manera gratuita, pantalla de por medio.

Mientras tanto, la crisis sanitaria sigue activa por el Covid-19. “Con esta imposibilidad de viajar, los ‘torneos postales’ son algo algo que habrá que volver a habilitar”, sugiere Eugenia, quien no está habilitada en Córdoba para trasladarse al campo de tiro y poder entrenar. Sobre el formato postal, detalla: “Se tira un día puntual en diferentes países. Después se cruzan los puntajes y se arma una grilla de resultados. Hasta que no abran aeropuertos, será imposible competir afuera”.

Lejos de los grandes presupuestos, existe un abanico de deportes y atletas terrenales sin tantas facilidades. Hablar de virtualidad en el alto rendimiento expone contrastes y también da un baño de realidad.