Los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas recomiendan entre 10 y 15 metros cuadrados de espacio verde por habitante. Lejos de esos estándares, la Ciudad de Buenos Aires araña en promedio los 6 metros cuadrados por habitantes, pero con una distribución tan desigual que hay comunas, como la 3 (Balvanera y San Cristóbal) o la 5 (Boedo y Almagro) que apenas alcanzan los 0,4 metros y 0,2 metros por habitante respectivamente. Para intentar revertir esta situación, el Frente de Todos presentó un proyecto de ley para crear un Fondo Verde de la Ciudad de Buenos Aires (Fovcaba), destinado a contribuir al acceso y promoción de estos espacios así como también a la puesta en valor de terrenos baldíos.

El proyecto para crear un fondo anual para invertir en la ampliación de espacios verdes en la Ciudad de Buenos Aires presentado por el legislador del Frente de Todos Juan Manuel Valdés fue acompañado por las organizaciones Habitar, Jóvenes por el Clima, la Fundación Urbe y Salud en Red.

De acuerdo al proyecto, el fondo se financiaría con la recaudación de una alícuota diferencial respecto de los terrenos baldíos que permanezcan más de dos años sin edificación. A lo que se sumarán recursos provenientes de organismos internacionales, donaciones y legados que efectúen las personas físicas o jurídicas, privadas o públicas en favor del Fovcaba. Además, establece que el piso mínimo destinado al Fondo, que permitirá solventar los gastos para mejorar la calidad y cantidad del arbolado urbano, de plazas, parques públicos y la creación de biocorredores urbanos en la jurisdicción, deberá representar, al menos, el 2% del Presupuesto de la Ciudad.

La iniciativa crea también el Programa Puesta en Valor de Terrenos Baldíos, con el objetivo de, por un lado, generar espacios verdes en los predios que están sin edificar y que pertenecen a la Ciudad, y, por otro, de incentivar a los propietarios de baldíos "a la explotación, puesta en valor y utilización de dichos inmuebles".

En este sentido, la norma dispone que "todo predio de propiedad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que no tenga construcciones, y su estado constructivo sea 'Baldío', y que posea una superficie mayor a 2.000 m2, debe ser estudiado por la autoridad de aplicación de la ley para avanzar con su afectación, con el fin de crear espacios verdes públicos".

Mientras que los inmuebles privados que "revistan el carácter de 'terreno baldío', y que no se hallen ofrecidos a la venta ni con un desarrollo constructivo pendiente de inicio, serán gravados progresivamente con un aumento del 25% de aumento adicional interanual del importe correspondiente al impuesto inmobiliario, aumento acumulativo a partir del ejercicio fiscal 2021".

Por otra parte, la propuesta contempla la creación del Programa Incentivo al Sector Privado para que desarrolle espacios verdes a través del alquiler o la enajención de inmuebles a tasación de mercado efectuada por el Banco de la Ciudad. En el caso del alquiler, el dueño del inmueble quedarán exceptuados del pago de impuesto inmobiliario y ABL sobre el lote en cuestión.

La normativa establece que el Fondo quedará bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente de la Ciudad, que será la autoridad de aplicación y control, y dispone que una vez sancionada la ley, la Secretaría deberá efectuar en el plazo de 180 días hábiles un relevamiento de la totalidad de los terrenos baldíos que se hallen en la Ciudad.

Los espacios verdes cumplen un rol fundamental en el ecosistema urbano: ralentizna la caída de agua de lluvia al funcionar como espacios absorbentes para disminuir los riesgos de inundaciones, reducen ruidos y contrarrestan el efecto isla de calor, regulan la temperatura y la humedad, amortiguan ruidos, producen oxígeno, filtran la polución y absorben los contaminantes, almacenan carbono para contrarrestar las consecuencias del cambio climático y son lugares de paseo, de relajación y esparcimiento.

"Si la pandemia nos deja una enseñanza es que hay que repensar la Ciudad, que tiene que tener más espacios verdes y condiciones de habitabilidad que prioricen la salud, la calidad ambiental y no los negocios inmobiliarios", dijo a este diario Valdés. El legislador remarcó que "se trata de crear un fondo de ejecución obligatoria para que los sucesivos gobiernos tengan recursos para ampliar los espacio verdes y reducir la brecha que hay entre los barrios".

Valdés sostuvo que "todos los días vemos cómo el Gobierno de la Ciudad pone en venta terrenos públicos, como hizo con Costa Salguero, para la construcción de torres o edificios residenciales para un sector muy pudiente", por lo que remarcó que "hay que poner en agenda esta deuda ambiental que tiene la Ciudad, donde hay barrios como Boedo o San Cristóbal que tienen menos de medio metro cuadrado de espacio verde por habitante, y algunos, como Palermo, donde abunda". Y agregó: "Estamos discutiendo un nuevo Plano Urbano Ambiental, así que tenemos que poner sobre la mesa este déficit estructural que tiene la Ciudad".

El legislador porteño contó que a la hora de elaborar el proyecto se tuvieron en cuenta políticas que se implementaron en ciudades como Nueva York, Santiago, en Chile, y Curitiba, en Brasil, que permitieron ampliar los espacios verdes y recuperar terrenos baldíos.

Al respecto, Felipe Urbas, director ejecutivo de la consultora Habitar, dedicada a cuestiones de hábitat y medio ambiente, dijo a Página/12 que "hay dos planos para centrarse cuando hablamos de la situación de los espacios verdes en la Ciudad: el internacional y el nacional. A nivel internacional estamos muy atrasados respecto a ciudades similares. Milán, Madrid y Toronto tienen entre tres y siete veces más metros cuadrados verdes por habitantes que Ciudad, teniendo un PBI menor. Milán tiene 17, Madrid 18 y Toronto 26 metros cuadrados por habitantes. Es una cuestión de prioridades" dijo, y remarcó que "a nivel regional tenés ciudades como Curitiba, con mucho menor PBI, que aumentó de 0,5 a 60 metros cuadrados por habitante".

En el plano interno, señaló que el problema es la profunda desigualdad que hay entre las comunas. "Mientras Recoleta o Palermo llegan a los 16 metros cuadrados por habitante, hay otras, como la 4 y la 5, que están muy lejos de esos números, y otras, como la 8, que en diez años perdió casi la mitad de los espacios verdes que tenía". Para Urbas, el Fondo Verde va a permitir achicar la brecha entre los barrios, al direccionar los recursos para que "los espacios ociosos y los terrenos baldíos se conviertan en espacios verdes y haya una distribución más igualitaria entre los barrios".