La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este martes que es posible que se produzca un desabastecimiento de jeringas para inocular vacunas, debido a la alta demanda que supuso la campaña de inmunización contra el coronavirus. Ese escenario, indicó, podría retrasar la aplicación de diferentes dosis en distintos países del mundo. 

"Desgraciadamente, la posibilidad de que haya carencia de jeringas es real", reconoció la experta de la OMS en acceso a medicinas y productos sanitarios Lisa Hedman, desde Ginebra.

Según explicó, en este último año se aplicaron más de 6800 millones de dosis contra el coronavirus, el doble de las que se inoculaban contra otras enfermedades a nivel mundial, mientras que la capacidad de producción anual de jeringas para vacunas es de 6000 millones de unidades.

Hedman propuso utilizar parte de la capacidad de producción de jeringas de otro tipo para fabricar jeringas para vacunas, aunque sin descuidar las que se necesitan para tratar enfermedades.

Ante el posible desabastecimiento de un insumo tan esencial, uno de los temores de la OMS es que las jeringas y agujas se conviertan en el nuevo símbolo de la desigualdad entre ricos y pobres, como lo fueron al principio de la pandemia los equipamientos de seguridad personal (guantes, mascarillas, gafas y trajes de protección), que escaseaban sobre todo en los países de menores recursos. 

Lo mismo ocurrió con las vacunas contra la covid, que han sido distribuidas por las farmacéuticas en función del poder de compra de cada país y no de acuerdo a sus necesidades.

El otro aspecto que preocupa a la OMS es la posibilidad de que se reanuden prácticas de riesgo, entre ellas la reutilización de jeringas y agujas. "Es un problema de todos los países, pero es cierto que los países que tienen una capacidad de compra limitada siempre son los más afectados", advirtió Hedman.