Una invitación de Jorge “Coqui” Raffo lo llevó al proyecto de Barcelona. Estuvo siete meses en la escuela de fútbol del elenco catalán que buscaba talentos argentinos para llevarlos a La Masia y luego desembarcó en Boca, nuevamente de la mano de Raffo. Permaneció cuatro años como formador de juveniles hasta que decidió probarse la pilcha de técnico en Primera D. Arrancó con el pie derecho: un subcampeonato en Ituzaingó, en 2016, en la última categoría de los clubes directamente afiliados a la AFA. Cañuelas y Midland en la “C”, Comunicaciones y Estudiantes de Buenos Aires en la B Metropolitana (con ascenso al Nacional B en 2019) y el año pasado tuvo su chance en Godoy Cruz. A pocos días de la vuelta olímpica y del ascenso del Matador tras dos años, Diego Martínez, el entrenador de Tigre, cuenta su idea de juego y sus ganas de continuar en el cargo.

Tigre superó 1-0 a Barracas Central y consiguió el título y el regreso a Primera. ¿Cuáles fueron los méritos para imponerse ? 

- La coherencia y la propuesta. A lo largo del año el equipo logró mantener una línea de juego, más allá de matices y adaptaciones. Creo que fuimos justados ganadores porque tuvimos las mejores intenciones de juego colectivo. Buscamos protagonismo en todas las canchas. Para nosotros las formas son muy importantes, más allá del resultado. 

– En un certamen difícil y de mucha intensidad física, el equipo apostó al control de la pelota y a la vocación ofensiva. ¿Cómo definiría esta idea de juego?

- De tratar de ir a buscar que las cosas pasen y no tener una actitud pasiva. Entendemos este hermoso juego como una construcción colectiva, no como algo individual. Armar algo juntos, en el que cada uno desde su rol se sienta importante y partícipe de una idea de juego. Porque a la hora de llevarla a cabo si no la sienten no la harán con tanta pasión. Sacando algún partido no tan bueno, el valor de lo estético y la búsqueda de ser protagonistas a partir de la pelota y del arco rival es muy importante porque es lo que entrenamos y lo que mejor sabemos transmitir. Eso es lo que nos llena de orgullo.

- Muchos partidos estuvieron plagados de polémicas arbitrales. ¿Cómo vio eso?

-Hay que tratar de ser muy prudente cuando uno opina. El fútbol argentino es muy competitivo, fue realmente una categoría muy pareja y elijo pensar que son seres humanos que pueden tener errores, como yo puedo equivocarme en un cambio o un jugador al errar un gol. Si bien alguna vez uno puede ser pasional y calentarse, es bueno ser mesurado con lo que se dice. Sin duda que tenemos mucho para crecer, pero hay un potencial muy grande. Sería bueno no gastar tanta energía en destruir sino en tratar de buscar cosas que logren una mejora del fútbol. Hablar más del juego, del espectáculo, así lo hacemos nosotros como cuerpo técnico para que nuestros equipos muestren una idea que haga un espectáculo más agradable. Siempre hubo buenos y malos arbitrajes.

- ¿Este título es una revancha tras la experiencia fatídica en Godoy Cruz? 

- La verdad es que no lo tomo como una revancha. Nos hubiera gustado seguir en Godoy Cruz. Con el dolor que implica perder un trabajo tenemos la obligación de analizar los procesos, más allá de los resultados. Creo que una parte realmente se hizo muy bien y sentimos mucha valoración por parte del club y de los futbolistas. Cuando nos tocó enfrentarlos en Copa Argentina y cuando los cruzamos en un aeropuerto nos saludaron muy sentidamente. Se notaba que algo habíamos dejado. Competimos bien, aunque no pudimos ganar ningún partido (siete derrotas y dos empates) y tuve que presentar la renuncia después de haber esperado tanto la oportunidad de estar en Primera División. Pero esto es así, en la mayoría de las ligas importantes cuando los resultados no son buenos es difícil que los procesos puedan sostenerse.

- Tiene contrato hasta fin de año, ¿la intención es seguir en la institución?

- No hablamos nada, sí que nuestro contrato finaliza en diciembre y vemos una energía realmente muy buena en el día a día. Se vio en el agradecimiento por los logros y también durante todo el año en el día a día. Tanto de los dirigentes como de los trabajadores del club. Nos sentimos muy a gusto y eso nos hace prever un escenario positivo de cara al futuro. Tenemos muchas ganas, será cuestión de que pasen unos días, disfrutar de todo esto y después ponernos a charlar de qué es lo mejor para Tigre.

- ¿Qué le dio haber sido formador en el proyecto Barcelona?

- Mucho, me abrió la cabeza a la hora del proceso metodológico. Jugué al fútbol de manera profesional y me dio mucha riqueza, estudié el profesorado de educación física y me aportó muchas informaciones, el curso de técnico también me dio muchísimo, pero conocer la metodología y la corriente del Barcelona del microciclo estructurado con el profesor (Paco) Seirul.lo, fue muy importante. También adquirí conocimiento de la periodización táctica. Porque la planificación en los deportes de equipo era distinta antes. Esta es la evolución que hoy tiene el fútbol, que ya no es exclusiva del Barcelona y que busca integrar todas las cualidades del futbolista (ya no dividir un día para la capacidad física, otro para técnica y otro para la táctica). Además, me tocó viajar, estar una semana en La Masía y comprobar que lo que leía se llevaba a la práctica realmente. También tuve la fortuna de conocer a Lionel Messi, a quien admiro mucho. 

- ¿Tigre está bien conformado para competir en la A o necesitarán refuerzos?

- Lo demostramos un poco a lo largo del año. Nos tocó eliminar a un gran equipo como Independiente en la Copa Argentina, a otro destacado como Defensa y Justicia y perder con Godoy Cruz, quizás de manera injusta. En la configuración del plantel hay jugadores con un pasado importante en Primera División que sin duda pueden volver a competir. Y hay muchos chicos del ascenso que también lo pueden hacer.