2007. Poco antes Magnetto había visitado Olivos, como hacía en todas las presidencias, y le había dicho a Néstor que no la quería como candidata. El la sostuvo. Ella ganó. Y cuatro años más tarde, ganaría otra vez. Esos años, el gobierno de él y los dos de Cristina, serían la experiencia política más disruptiva y exitosa del peronismo desde Perón.

Ella no negoció. No se inclinó. Nunca. Fue blanco de operaciones desde ese mismo año. Terminó condenada y proscripta. La saña de los ataques mediáticos y judiciales fue feroz.

Millones de personas todavía recuerdan esos doce años como los mejores de sus vidas.

En la foto aparece con su contexto epocal. Néstor siempre fue su sombra y su luz. Los otros brazos son de Lula y los de Chávez. Fue una época dorada. Por primera vez en 200 años América Latina creció sin que creciera la desigualdad.