La solidaridad aparece en los momentos más difíciles, cuando los que necesitan ayuda se encuentran desbordados por la realidad. Los clubes también se involucran en esas situaciones para casos extremos, y en otros para poder brindar cierto bienestar.

Boca Juniors, a través de su Fundación, se encuentra ejercitando una práctica que ofrece beneficios a sus vecinos, sobre todo a los que no cuentan con la capacidad económica para afrontarlos.

"El barrio es muy vulnerable, se notan las necesidades, y la comunión con el club es mutua. Esa relación estaba cortada con las anteriores administraciones de la institución, debido a que eran dos mundos diferentes", cuenta uno de los dirigentes actuales.

Cuando esta gestión arribó, en 2019, le abrió el club al barrio. El vínculo costó remontarlo, ya que los vecinos miraban a Boca de reojo, por la diferencia social que se imponía. 

A los chicos se les brinda la merienda en el comedor.

La Fundación realiza un gran trabajo comunitario. El club descubrió, luego de la pandemia, que había muchos chicos con problemas de visión, y después de una evaluación se constató que necesitaban anteojos. De esa manera, se entregaron más de dos mil pares de manera gratuita, siendo evaluados oftalmológicamente. Esta iniciativa contó con el apoyo del Ministerio de Salud, y cada lente tenía la graduación correspondiente. 

El Día del Niño se festeja en familia, y el último año hubo actos con espectáculos para ellos, entre los que se contrató a Diego Topa (presentador infantil). Por otro lado, se pintaron frentes de casas de los alrededores del club. "A los conventillos que están muy deteriorados, se les ofreció a sus dueños pintar, y los que autorizaban se les hacía el trabajo con pinturas del club", dijo la misma persona. 

El año pasado, se tuvo la iniciativa de que la colonia de vacaciones de la entidad, que es la más barata de la Capital Federal, pudiera becar a 100 chicos. Los jóvenes son referidos por los comedores comunitarios de La Boca, y los merenderos. Para este verano 2024 se becaron a 180 niños, todos de la zona, y permanecen en el club desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. Ellos son atendidos por profesores del barrio, muchos de los cuales fueron contratados especialmente.

De esta forma, la colonia alcanza la cantidad de 500 chicos, la más grande en la historia del club, de los cuales 180 son becados. Ellos fueron evaluados clínicamente por el departamento de salud de Boca, y recibieron el correspondiente alta para realizar actividades físicas. Los padres de cada uno deben firmar una planilla para certificar quién retira al menor, ya que tienen entre cinco y 12 años.

El almuerzo está a cargo de las familias, con comida que puedan llevar de sus casas, o se pueden comprar el mismo en el comedor del club. Boca le brinda una merienda, de manera gratuita, que combina leche chocolatada con bananas, o barra de cereal, o medialunas o madalenas. La intención es que también se puedan alimentar de manera correcta. 

Algunos de los profesores que coordinan las tareas fueron contratados para la ocasión.

La Fundación está tramitando también conseguir 150 toallones, para los chicos que están becados, ya que descubrieron que algunos asisten con toallas pequeñas, y otros ni siquiera algo para secarse cuando salen del natatorio. 

Si bien la mayor actividad de la Fundación es en el barrio, cuando el plantel profesional que conduce ahora Diego Martínez juega en el interior del país, se organizan charlas en colegios y hospitales con psicólogos y diferente especialistas para colaborar con la gente de ese lugar.

La Fundación es presidida por Ricardo Rosica, el Secretario General de Boca, y las acciones que realiza son consideradas como una inversión, debido a que muchos chicos no son socios de la entidad, por las complicaciones económicas que les genera pagar una cuota. Ellos son vecinos, y la institución pretende que cuando sean grandes puedan tener una mirada de afecto, cariño y compromiso con Boca. 

El año anterior, en el inicio del ciclo escolar, la Fundación entregó más de tres mil mochilas, cada una con los útiles básicos, para que puedan concurrir a los distintos colegios de la zona. Esa acción se volverá a repetir este año.

El club, siempre a través de la Fundación, posee un espacio para que los chicos puedan jugar y entretenerse, mientras sus madres realizan trabajos de limpieza o actividades similares en casas de familia o comercios. Para ello, Boca efectuó una inversión edilicia en un establecimiento ubicado a dos cuadras del estadio, sobre la calle Brandsen, el cual fue refaccionado y acondicionado para las necesidades de los más pequeños. 

Uno de los proyectos a futuro es poder instalar un gimnasio y canchas de papi fútbol, en las cercanías de la entidad, para poder brindarle más ofertas a los vecinos. El objetivo de esto es que puedan permanecer en lugares seguros y estar contenidos.

La política del club es la de realizar una tarea solidaria, y el bazo que ejecuta es la Fundación Boca Juniors. Más allá de que la misma existe hace muchos años, se la aprovecha ahora para trabajar con los más necesitados. 

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