DOBLES DE ACCIÓN 5 puntos

(Long ma jing shen; China, 2023)

Dirección y guion: Larry Yang.

Duración: 126 minutos.

Intérpretes: Jackie Chan, Liu Haocun, Kevin Guo, Yueting Lang, Andy On.

Estreno exclusivamente en salas de cine.

Hay un momento genuinamente emotivo en Dobles de acción, la última película del veterano actor, realizador y artista marcial Jackie Chan: aquella en la cual el protagonista, Luo, observa junto a su hija un compilado de escenas de películas de los años 80 protagonizadas por Chan, de Police Story a Project A, entre muchas otras, incluidos esos momentos en los cuales las escenas de riesgo salían mal y que la mega estrella del cine hongkonés solía incluir durante la secuencia de títulos de cierre. En ese momento, el pasado de Luo y el del propio Chan –un ex doble de riesgo legendario que vuelve al ruedo; una figura que sigue activa en el cine luego de cinco décadas de movimiento incansable, respectivamente– se entrelazan sin distinción posible, el uno reflejado en el otro. No puede decirse lo mismo del resto del film dirigido por Larry Yang, un melodrama bastante simplón atravesado por secuencias de acción que no logran generar la emoción y adrenalina presente en los mejores trabajos del enorme Chan.

Con casi 70 años, y a pesar de su excelente estado físico, no es posible pedirle a Jackie que lleve a cabo coreografías y escenas de riesgo como solía hacerlo, y es evidente que es un doble quien está reemplazándolo en los momentos más jugados a nivel físico, lo cual no deja de tener su lógica en una película que transcurre en el mundo de los stuntmen, los dobles de acción del título en español (el original en chino podría traducirse como “El espíritu del caballo dragón”). Pero Dobles de riesgo es, en esencia, la historia del vínculo entre un hombre y un caballo, salvado al nacer de una muerte segura y criado con rigor pero cariño durante muchos años, el mismo animal que quieren quitarle a Luo por una vieja deuda nunca saldada. Al mismo tiempo, sin dejar de lado el sentido del humor que ha acompañado a Chan en gran parte de su filmografía, la película bebe de las aguas del (melo)drama familiar, reuniendo al protagonista con su hija luego de añares de distancia y despecho.

Dobles de acción avanza trabajosamente a lo largo de poco más de dos horas con ciertos desequilibrios narrativos y una tendencia creciente a la repetición de temas y situaciones (las idas y venidas emocionales entre padre e hija se repiten varias veces hasta el desenlace), y las escenas de lucha no logran generar demasiado entusiasmo, aunque aquí y allá vuelve a aparecer el talento de Chan para la utilización de elementos de utilería –sillas, escaleras, jarrones y la lista continúa– para enfrentar a sus enemigos de ocasión, que en este caso no son demasiado violentos ni malvados. La excesiva utilización de los efectos digitales tampoco ayuda, y de hecho parece ir en contra de esa cualidad física, peligrosamente real, que hizo de los mejores films (y stunts) en la carrera del actor un universo de asombro y emoción. No casualmente suele compararse su estilo al de Buster Keaton, notoria influencia en su persona cinematográfica, más allá de las raíces enterradas profundamente en el kung fu como entretenimiento visual.