Abrazando los meses de marzo y abril, justo antes del Bafici, suele llegar la primera temporada fuerte del año en materia de encuentros cinematográficos, esos pequeños pero rendidores festivales dedicados a promover cinematografías de diversos orígenes que concentran, usualmente a lo largo de siete días, una serie de títulos representativos de los países homenajeados. Al reciente Festival de Cine Judío y la inminente Semana de Cine Italiano se le suma ahora el Festival de Cine Francés, que llega nuevamente a las salas de Cinépolis Recoleta, este año a partir del jueves 21 y hasta el miércoles 27 de marzo, con trece largometrajes recientes que se irán proyectando a un ritmo de tres por día, usualmente con una repetición por título. 

En el encuentro tendrán su espacio creaciones de autores prestigiosos como Bertrand Bonello, Nicolas Philibert y Michel Gondry junto a obras de corte más popular en los terrenos de la comedia, el terror y el fantástico, además de dos films dirigidos por el realizador de culto Quentin Dupieux. En su gran mayoría los integrantes de este auténtico festín del cine galo, organizado por la Embajada de Francia en Argentina y el Institut français d'Argentine, se verán en calidad de preestreno, es decir que tendrán un lanzamiento comercial más temprano o más tarde en la cartelera argentina.

“Este año intentamos tener una selección muy diversa”, le comenta a Página/12 Antoine Sebire, agregado audiovisual regional del Institut français en Buenos Aires y uno de los máximos responsables de la programación. “No sé si es posible decir que una selección de trece películas es representativa de una cinematografía que produce cerca de trescientos films al año, pero lo que intentamos hacer es destacar la diversidad de la producción actual. Al mismo tiempo, nos pusimos como desafío mantener un balance entre los cineastas reconocidos con las caras más nuevas”. 

En ese mismo sentido, Sebire destaca que “se intentaron satisfacer las expectativas del público más tradicional del cine francés, pero además sorprender. Demostrar que la producción cinematográfica francesa también es un laboratorio donde aparecen nuevas propuestas, que se meten en terrenos donde antes no solían hacerlo con asiduidad, como la ciencia ficción y el terror. En estos tiempos las comedias francesas no llegan con demasiada asiduidad al país, y en este programa incluimos algún que otro ejemplo de la comedia de autor, que es muy interesante”.

La sesión de apertura formal será el jueves 21 a las 19 horas con la proyección del nuevo largometraje del franco-vietnamita Trần Anh Hùng, célebre por su ópera prima de 1993, El olor de la papaya verde. El sabor de la vida tuvo su estreno mundial en el Festival de Cannes, donde obtuvo la Palma de Oro al Mejor Director, y fue seleccionada por la Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia para su participación en los premios Oscar, elección que generó varias discusiones luego del éxito de Anatomía de una caída en la temporada de premios hollywoodenses.

Protagonizada por Juliette Binoche y Benoît Magimel, El sabor de la vida se trata de un relato culinario de época que entrelaza los platos más deliciosos con la vida personal de quienes los preparan, a partir de la historia de Eugenie, una cocinera con evidentes aptitudes para la mezcla de ingredientes, y Dodin, un exigente chef para quien ella viene trabajando durante dos décadas. “Es un romance gastronómico entre dos grandes estrellas del cine francés, que hace un tiempo habían sido pareja en la vida real”, acota Sebire. “Una película sensorial con una puesta en escena muy elegante y delicada, una historia clásica que además da ganas de vivir y de comer. Por esa razón la elegimos como película de apertura: para abrir el apetito de los espectadores respecto del cine francés”.

Amor sin tiempo.

Otro de los títulos relevantes en términos autorales, y uno de los mejores films de la temporada 2023, franceses o de cualquier otra latitud, Amor sin tiempo (título local para el mucho más enigmático La Bête, inspirado en la nouvelle La bestia en la jungla, de Henry James) vuelve a demostrar el talento ilimitado de Bertrand Bonello para construir cuentos cinematográficos absolutamente corridos de los formatos narrativos convencionales. A lo largo de dos horas y media que conjuran el asombro, el director de Nocturama y L'Apollonide narra el encuentro de un hombre y una mujer a través del tiempo y el espacio, utilizando herramientas propias del cine histórico, la ciencia ficción y varios géneros más. 

Léa Seydoux es Gabrielle, presentada como actriz al comienzo de la película, pero a quien rápidamente se ve convertida en una mujer del siglo XIX; el británico George MacKay es Louis, un inglés afrancesado con quien Gabrielle inicia un vínculo destinado a continuar en el futuro (aunque sería más apropiado referirse a los futuros, en plural). Guiñándole el ojo a varios clásicos del cine francés e internacional –entre otros el Alphaville godardiano–, Bonello construye la que tal vez sea su película más compleja y fascinante hasta la fecha, un laberinto espaciotemporal del cual no conviene anticipar demasiado y que demuestra, por si hacía falta, la infinita gama de matices actorales de Seydoux.

El libro de las soluciones.

De realidades y probables ficciones trata también El libro de las soluciones, aunque de una manera más “ordenada” y, si se quiere, clásica. Michel Gondry (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos) regresa al cine hablado en francés para contar la historia de Marc, un joven director de cine interpretado por Pierre Niney, cuya última creación es quitada de sus manos ante la inminencia de un desastre financiero. En realidad, los productores no llegan a hacerse con el material en bruto, ya que Marc y su círculo íntimo de colaboradores escapan literalmente con los discos rígidos para terminar el montaje en una casa de campo, cuya dueña es la tía del cineasta (la legendaria Françoise Lebrun, que sigue tan activa como en sus tiempos nuevaoleros). Reflexión sobre el proceso creativo y los conflictos internos de los artistas, la convivencia de ese grupo de seres humanos con el imposible Marc –cuyo carácter caprichoso, agresivo, insoportable empuja a todos al desastre, incluido él mismo– es el material de base de una comedia agridulce con dosis elevadas de hiperkinesia.

Según Antoine Sebire, una de las claves de esta selección descansa en la intención de que “la gente se divierta, aunque eso no implica que no haya fondo. Por el contrario, muchas de estas películas tienen un fondo complejo y rico, pero sus formas son divertidas y pueden disfrutarse con mucho placer. Las dos películas de Quentin Dupieux son un buen ejemplo; también El reino animal, que es una de las películas más importantes del cine francés reciente, o Vermin – La plaga. Son propuestas estéticas y políticas que mucha gente no suele esperar del cine francés y que logran cambiar la perspectiva”. 

El reino animal.

Efectivamente, El reino animal, segundo largometraje de Thomas Cailley, fue muy bien recibida durante su lanzamiento mundial en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes. Se trata de un film que reúne elementos de la ciencia ficción, la fábula y el drama familiar, y que transcurre en un mundo en el cual algunos seres humanos comienzan a desarrollar mutaciones que van transformándolos lenta pero inexorablemente en semi animales. De esa manera, Cailley retoma y reestructura los relatos de lobizones, aunque en el camino también hay hombres pájaro, niños rana y otras criaturas de un bestiario fascinante. La súper estrella Adèle Exarchopoulos interpreta a una oficial de policía a mitad de camino entre la empatía y las obligaciones como agente de la ley.

Realizador de culto instalado en el firmamento de la extrañeza y la sorpresa, el prolífico Quentin Dupieux llega al Festival de Cine Francés por partida doble. Por un lado, en Fumar causa tos el director de Mandibules crea a un grupo de súper héroes inspirado en los Power Rangers llamado Tabac Force, cuyos poderes radican en los componentes más dañinos del tabaco y cuyo jefe es una rata de peluche que se babea constantemente. De metraje breve (como la mayoría de los films del autor, el film ronda los 70 minutos), el camino de los héroes incluye la misión de salvar al mundo de la destrucción, misión amenizada con otros relatos dentro del relato general que se pasean por el terror y la fantasía más desatada. 

Fumar causa tos.

Increíble pero cierto también participa con creces del universo fantástico, a partir de la historia de una matrimonio que compra una casa cuyo subsuelo esconde un secreto maravilloso, portal temporal y fuente de la juventud eterna no exento de complicaciones existenciales y físicas. Vermin: La plaga, en tanto, vuelve a las enseñanzas del cine de monstruos más clásico, con una fuerte inspiración en John Carpenter, enfrentando a un grupo de habitantes de un complejo de departamentos parisino a una invasión de arañas demencialmente agresivas y de tamaño XXL.

El resto de la programación está compuesta por títulos muy diversos. Como muestra, dos botones. Por un lado, la comedia en constante movimiento El viaje soñado, de Marc Fitoussi, en la cual dos viejas amigas que no se ven hace añares y que, por lógica rigurosa del guion, no podrían ser más distintas, terminan compartiendo un viaje turístico por las islas de Grecia, perdiéndose y reencontrándose a cada paso. En el extremo contrario, basada en la más estricta realidad, En el Adamant. El veterano documentalista Nicolas Philibert registra las actividades cotidianas de un centro de ayuda psicológico flotante construido en el centro de París, sobre el río Sena. Fiel a su estilo observacional, el director de Ser y tener encuentra ricas historias en la interacción entre pacientes, médicos y enfermeros, relevando una institución que intenta ir en contra de la deshumanización en los tratamientos psiquiátricos. 

La lista se completa con películas recientes como Las estrellas de París, de Sébastien Tulard, Maestro(s), de Bruno Chiche, Tokyo Shaking, de Olivier Peyon, e Invierno en París, de Christophe Honoré, uno de los títulos del Festival de Cine Francés cuyo estreno local no está confirmado. Bonne projection y que se cumpla el eslogan de la institución pública Arte France, cuyo logotipo prologa varios de los films del festival: “La película que está a punto de ver nació con buena estrella”.

* Festival de cine francés. Desde el jueves 21 al miércoles 27 de marzo en Cinépolis Recoleta (Vicente López 2050). Programación completa, días, horarios y venta de entradas en su sitio web.