Los diputados todavía estaban en el recinto votando los capítulos de la Ley Ómnibus cuando Karina Milei cruzó el salón de los Pasos Perdidos para reunirse con Victoria Villarruel en el comedor del Senado. En el almuerzo, las dos rivales internas —la caracterización de Javier Milei como el "pobre jamoncito" que queda atrapado entre ambas, realizada por Villarruel, quedará para la historia— diseñaron la estrategia para sancionar la Ley Bases y el paquete fiscal lo antes posible. Consciente del apuro presidencial, que quiere tener su primera victoria legislativa antes del 25 de mayo, Villarruel le hizo algunas advertencias reglamentarias (como que, por ejemplo, hay que esperar una semana para dictaminar y, después, otra más para sesionar). Pero, sobre todo, se mostró tranquila: el oficialismo no está muy lejos de asegurarse el número para convertir los dos mega proyectos en ley.

"Estamos mejor que con el DNU, pero no estamos acostumbrados a jugar con viento a favor. Contaremos los votos cuando los tengamos", deslizaban en el despacho de  Villarruel apenas unas horas después de que la Cámara de Diputados hubiera aprobado, tras 30 horas de debate, los dos mega proyectos que proponen la privatización de once empresas públicas, facultades extraordinarias para el Presidente, la eliminación de la moratoria previsional, la restitución de Ganancias para trabajadores, una reforma laboral y un régimen de inversiones con exorbitantes beneficios impositivos. La Vicepresidenta se mueve con cautela: sabe que el escenario en el Senado es favorable y que una proyección milimétrica del resultado en Diputados casi que le garantiza un triunfo, pero desconfía. No canta victoria. 

Los poroteos preliminares

Los poroteos preliminares de peronistas y oficialistas ofrecen un panorama auspicioso para La Libertad Avanza. Con 7 senadores propios, el Gobierno especula con poder sumar a los 7 del PRO, los 2 de Frente para la Concordia Misionero, las 2 neuquinas que responden a Nacho Torres, el salteño Juan Carlos Romero, la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva, la tucumana Beatriz Ávila, los 13 radicales y alguno de los 2 santacruceños que responden a Claudio Vidal (en Diputados, uno votó a favor, el otro se abstuvo). Alguno de los 2 peronistas tucumanos también son una posibilidad (aunque no responden tan directamente a Osvaldo Jaldo, como sucede en Diputados).

El escenario, sin embargo, se complejiza al observar la votación en particular y el juego de los gobernadores, que en el Senado tienen mucha más influencia. El caso más paradigmático es el de Raúl Jalil (Catamarca), el gobernador de Unión por la Patria que envió a sus diputados a votar a favor del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Jalil ayer declaró, en diálogo con Radio Rivadavia, que "esperaba" que la ley se aprobara en el Senado. "Hay que acompañar", señaló, adelantando que le pediría a sus dos senadores, Guillermo Andrada y y Lucía Corpacci, que votasen a favor de la Ley Bases. Si bien Andrada responde directamente a Jalil, Corpacci, que fue dos veces gobernadora de la provincia, mantiene cierta autonomía.

Catamarca no es la única provincia peronista con la cual el gobierno nacional está negociando: la otra es Santiago del Estero, gobernada por Gerardo Zamora. Si bien en Diputados los santiagueños votaron en contra de la ley, las conversaciones continúan. "Zamora es un gobernador que maneja su provincia con los mismos argumentos que Javier Milei plantea para la Nación. La tiene ordenada, tiene déficit cero, es muy cuidadoso con sus números", había dicho el ministro de Interior, Guillermo Francos, el martes a la noche en LN+, pocas horas después de que se aprobaran los proyectos. Y es que en el Senado, el acompañamiento de Zamora podría ser clave, ya que tiene tres senadores que le responden directamente: su esposa (y expresidenta provisional del Senado) Claudia Ledesma Abdala, Gerardo Montenegro y José Neder.  

Sanción exprés, vuelta a Diputados

El Gobierno pretende aprobar el paquete fiscal y la Ley Ómnibus lo antes posible, idealmente en dos semanas. El tratamiento en el Senado comenzará el martes en un plenario de las comisiones de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales para tratar la Ley Bases, por un lado, y luego se reunirá solo la comisión de Presupuesto para tratar el paquete fiscal. Los senadores de la oposición reclamarán la presencia de funcionarios, por lo que, con suerte, el oficialismo podría recién ponerse a debatir (y tal vez dictaminar) el jueves o el viernes. En la oposición, sin embargo, observan aquel calendario con sorna: "Francos dice que va a ser rápido, pero no es así. Nosotros también tenemos derecho a tomarnos nuestro tiempo", deslizaba un opositor (y aliado eventual).

Una de los aspectos reglamentarios que Villarruel le advirtió a Karina Milei cuando se reunieron es que, luego del dictamen, el Senado tiene que esperar una semana para convocar una sesión. Y le señaló otro punto: había que coordinar con los viajes de Milei al exterior porque, de encontrarse el presidente afuera del país, Villarruel tendría que ocupar el cargo de la presidencia y, por lo tanto, sería Bartolomé Abdala (presidente provisional) el que tendría que presidir la sesión. 

Más allá del apuro para sancionar, en la oposición ya advierten que, así como está, ninguno de los dos proyectos serán sancionados en el Senado. Varios radicales proponen, por un lado, modificaciones al RIGI y al capítulo de delegaciones. Pero el verdadero escollo será la restitución del impuesto a las Ganancias. Rechazado con fiereza por los gobernadores de las provincias patagónicas, que cuentan con mayor cantidad de habitantes que pasarían a pagar el impuestos, el capítulo podría tambalear en el Senado. 

En el caso de recibir modificaciones, la ley tendría que volver a Diputados, en donde deberán aprobarse (o rechazarse) las modificaciones. Y ahí sí Milei tendrá que despedirse de la posibilidad de tener los dos proyectos aprobados antes del Pacto de Mayo. 

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