En el marco de la conmemoración del Día del Holocausto y del Heroísmo, el presidente Javier Milei cerró este miércoles el acto organizado por la DAIA y el Museo del Holocausto de Buenos Aires en homenaje a las víctimas del nazismo. En su discurso, el Presidente comparó a Hamas con los nazis, reafirmó su alineamiento incondicional con el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu y afirmó que “denunciar al terrorismo islámico es una obligación”.

El acto en homenaje a las víctimas del nazismo fue convocado para las 18 en el ex Centro Cultural Kirchner (CCK), que por decisión reciente del Gobierno pasará a llamarse “Palacio Libertad”. Se realizó este miércoles 8 por ser el 81° aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, ocurrido en 1943 durante la invasión nazi en Polonia. El mandatario estuvo acompañado en la ceremonia por la canciller, Diana Mondino; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; y el ministro de Defensa, Luis Petri.

En su discurso, Milei reiteró su “firme” respaldo al Estado de Israel y afirmó que “tomar partido es una obligación moral”. También consideró que “en tiempos de oscuridad, cuando levantar la voz es costoso, se tiene la obligación de hablar”, y definió al Holocausto como “la tragedia más grande de la historia de la humanidad”.

El mandatario argentino se diferenció en su alocución de otros países que, según su visión, “le dan la espalda” a Israel. “Miro a mi alrededor en los liderazgos del mundo libre, a grandes naciones y veo indiferencia en algunos y en otros miedo a pararse del lado de la verdad”, sostuvo Milei en el acto conmemorativo realizado en el exCCK. Además, recordó que "hoy en Gaza todavía hay más de 100 secuestrados, de los cuales 8 son argentinos".

Añadió que tanto el “antisemitismo” como el “fanatismo islámico intolerable” son “percibidos por el mundo libre con incomodidad y gestos ambiguos”. y aseguró que "cuando el mundo calla tenemos la obligación de hablar, no hacer la vista gorda. Aunque para algunos sea inconveniente, es la única forma de que la Shoa no se repita". "Dios no va a aceptar justificación en su juicio único, no nos va a juzgar por lo que creíamos, sino por lo que hicimos", dijo el jefe de Estado argentino.

Por su parte, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, remarcó que "la Shoa no es un tema judío" sino un "infierno abierto en el corazón de la historia". Además, trazó un paralelismo entre el genocidio nazi y el ataque terrorista de la organización Hamas el pasado 7 de octubre en el sur de Israel. 

"Como en un siniestro dejá-vu, el mundo acaba de presenciar, azorado, la masacre del 7 de octubre", afirmó Knoblovits. "Quien se desentiende del espanto está enarbolando esa indiferencia cómplice, esa supuesta neutralidad que lo deshumaniza y lo pone del lado de los asesinos. Quien no levanta la voz y no se pone del lado de las víctimas, multiplica el crimen", aseveró.

Otro de los oradores fue el presidente del Museo del Holocausto, Marcelo Mindlin, quien destacó la predisposición del museo “en este año tan difícil” para realizar acciones “en conjunto con cada una de las organizaciones que representan, para concientizar, para educar y para fortalecer los vínculos con todos los ámbitos de nuestra sociedad”. “Todos podemos hacer algo”, afirmó Mindlin, y agregó: “Muchos ya lo están haciendo. Otros se han sumado en el camino. Hay mucho por hacer. Lo único que no podemos hacer, es no hacer nada. Aquí estaremos para multiplicar los esfuerzos de manera coordinada, porque las circunstancias así lo exigen”.

La participación del Presidente en el acto de la DAIA se inscribe en su subordinamiento incondicional a Israel. Esta política que se ve reflejada tanto en el plano doméstico como en las alianzas geopolíticas que moldean la política exterior de la Argentina desde la asunción del libertario, principalmente con el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, que ha sido acusado de cometer un genocidio en su invasión a la Franja de Gaza por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Por tal motivo, en febrero, Milei viajó a Israel para garantizar su apoyo político a la operación militar en Gaza, convirtiéndose en el primer presidente latinoamericano en visitar territorio israelí tras los ataques del 7 de octubre. Luego, designó como embajador argentino en Israel a Axel Wahnish, rabino ortodoxo y "guía espiritual" suyo.

Además, el Presidente mantiene un estrecho vínculo con la organización judía jasídica Jabad Lubavitch. En noviembre pasado, pocos días después de ganar las elecciones, el entonces presidente electo viajó hasta Nueva York para venerar la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, líder de la organización, fallecido en 1994.