Y un día Sergio Massa reapareció. Esta vez fue en un encuentro con la mesa chica de la CGT, uno de sus principales aliados y sostén durante la última campaña presidencial. La reunión, realizada en la sede del Sindicato del Seguro, bien puede considerarse como el primer paso que dio la central obrera en su búsqueda de una "reorganización del peronismo". Si bien reconocieron algunos de los presentes que Massa, durante la conversación, relativizó su deseo por volver a pelear un liderazgo político, lo cierto es que terminó por afirmar que "no se retiró de la política" y que seguirá conversando con la central obrera "todas las veces que lo inviten".

Massa llegó poco después del mediodía, un poquito más tarde de la hora acordada. Lo esperaban los triunviros Héctor Daer y Pablo Moyano, junto al dueño de casa Jorge Sola. También se sentaron alrededor de la mesa José Luis Lingeri de Obras Sanitarias, el estatal Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez de la Uocra y Pablo Flores de la AFIP, entre otros. El excandidato les avisó que no iba a comer, un problema con divertículos lo obliga por estos días a mantenerse con una dieta casi líquida. 

Junto con la conducción de la CGT, Massa realizó un análisis de la coyuntura. No se mostró muy de acuerdo con la estrategia de lucha de la central obrera. Deslizó que el paro fue un poco apresurado. Algo así como que se quemaron etapas. En esto no hubo acuerdo. De todas formas coincidieron en señalar que la cautelar que consiguieron los abogados de la CGT representa una tranquilidad para los trabajadores y los derechos laborales. 

En esa línea, Massa se dio un tiempo para desgranar una autocrítica sobre los ejes de la campaña en la etapa del balotaje. Consideró que debería haber sido más firme en sus advertencia con respecto a lo que podía ocurrir con las tarifas, los combustibles, las prepagas e incluso el impacto negativo de la apertura indiscriminada a las importaciones sobre las Pymes. Es decir, un fallo en la comunicación hacia la clase media que, como dijo, en el próximo mes de marzo sentirá aún más la caída del poder adquisitivo, sobre todo si lo compara con el mismo mes de 2023.

El exministro de Economía les aseguró que "la sociedad va a visibilizar lo que les había anticipado y cuantificará el daño cuando la crisis la vea en su bolsillo como esta pasando con la nafta". No les dijo nada sobre cuál será la reacción y hacia dónde se dirigirá. 

En cuanto a las decisiones encaradas por Milei, el excandidato afirmó que el aumento del Impuesto País "es endeble" porque al igual que las retenciones debe ser realizado a través de una ley. Incluso advirtió que la apertura de la pesca, resistida por los gobernadores del litoral atlántico, representa más de un punto porcentual de caída del producto bruto. Por ahora, según dejó trascender la Casa Rosada, esto se revisaría y se modificaría el texto correspondiente a este ítem en la ley ómnibus.

En lo que hace a la política internacional, Massa fue muy crítico de la decisión del gobierno libertario de retirar a la Argentina del grupo de los BRICS. "Sin Brasil y China como aliados hay muchos sectores del país que van a sufrir esta decisión", dijo para luego recordar que este grupo de países representa casi el 60 por ciento del PIB mundial y un porcentaje similar en cuanto a cantidad de habitantes a nivel mundial.

En este contexto es que Massa les dijo a los dirigentes sindicales que quiere demostrar que "hay un camino alternativo al ajuste y la devaluación". Eso sí, les advirtió que lo quiere hacer "desde la discusión de ideas y no del liderazgo político". 

De todas formas, Massa no cerró las puertas a un regreso a la arena política. Les anticipó que en febrero se pondrá en marcha una fundación que dirigirá y que se dedicará a temas ambientales, de ingreso y laborales, el impacto de las nuevas tecnologías en los procesos productivos. 

Según los dirigentes de la CGT habrá otro encuentro con Massa, aunque por ahora sin fecha. 

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