Suenan las sirenas en Río Grande en otro aniversario del Día de los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas. Su intendente, el peronista Martín Pérez, repasa con PáginaI12 lo que fueron los primeros cuatro meses de Javier Milei en torno a la cuestión de Malvinas, en lo que considera que es un proceso de desmalvinización. Descarta que, en este punto, haya diferencias reales con la vicepresidenta Victoria Villarruel: "Puede haber una discusión de si desfile sí o desfile no, pero en lo cierto avanzamos en el proceso de desmalvinización", remarca. También advierte sobre las consecuencias que puede tener sobre el régimen de promoción industrial la apertura indiscriminada de importaciones de electrónicos y señala que el peronismo debe darse un debate después de la derrota.

-¿Cómo analizá estos cuatro meses de Milei en torno a la cuestión Malvinas?

-En principio, uno lo que observa es que hubo un retroceso a la causa Malvinas y a la discusión profunda de la defensa de la soberanía en la Argentina. Vemos un proceso de desmalvinización muy similar -y hasta en algunos puntos más preocupante- que el que se dio en el gobierno de Macri. Este proceso es como un acuerdo Foradori-Duncan 2: poner a Malvinas como una moneda de cambio o de negocación. Concretamente usar como moneda de cambio a nuestros recursos naturales como parte de la discusión financiera a nivel internacional.

-¿Se parece a lo que fue la política exterior de Menem, con los ositos y el intento de seducción de los isleños?

-Se ve un hilo conductor: las relaciones exteriores del gobierno de Menem, de Macri y del gobierno actual. La idea de una buena vecindad con el Reino Unido, que está usurpando parte de nuestro territorio. Esa buena relación lo único que hace es favorecer a la posición britática. En nada favorece a la Argentina. Y es parte de ese hilo coductor. En un país donde el presidente dijo que su ejemplo a seguir es Margaret Thatcher.

-¿Cómo se vivió en Tierra del Fuego cuando Milei dijo que su idola era Thatcher?

-La verdad es que es una cachetada al sentimiento malvinero del pueblo fueguino. Y te puedo hablar de Río Grande, que es la ciudad más cercana a Malvinas. Además de ser la capital de la vigilia, es una ciudad donde se combatió durante la guerra de Malvinas. Una de las principales bases aeronavales durante el conflicto está situada en nuestra Ciudad. Lo que dice Milei es una afrenta a toda nuestra provincia. De todas maneras, se debe dar una tarea de concientización. Los veteranos de Malvinas lo hacen permanentemente. Hoy en la vigilia van a participar más de 30 mil personas.

-¿Qué problemas trae a la Argentina que las islas y el territorio océanico estén en manos británicas?

-Es un problema obviamente desde el punto de vista del ejercicio de la soberanía. En segundo lugar, implica no poder darnos una política con la explotación de nuestros recursos naturales. El Reino Unido está instalado allí por la enorme rentabilidad que le genera la pesca y la explotación hidrocarburífera, sobre todo en las nuevas exploraciones. No tener esos territorios implica, además, que Gran Bretaña pueda tener un pie con mucha fortaleza en la Antártida y pueda tener una posición favorecida en la rediscusión que se va a dar del tratado antártico.

-¿En qué puntos?

-En los próximos años, los paises que tienen una vinculación directa con la Antartida van a tener una injerencia en el ejercicio de la soberanía en la Antártida. Ahí hay una cuestión geopolítica que implica no solo Inglaterra, sino Estados Unidos y del otro lado China. No por nada está viniendo la jefa del Comando Sur a la Argentina. Se busca impedir que China tenga injerencia en esta parte del planeta. Por eso es importante la presencia británica en nuestros territorios.

-¿Piensa que hay diferencias, en lo que es Malvinas, entre Milei y Villarruel?

-Si. Lo que uno observa entre ellos son diferencias superficiales. Es cierto que para Villarruel pueda ser más movilizante para ella en términos de sus realidad familiar, y eso uno lo respeta. Pero en lo que es el ejercicio pleno de la soberanía vemos que la cancillería no tomó cartas en cuestiones claves: por ejemplo, con la visita provocadora de David Cameron a Malvinas. Y el manejo de las cuentas de Twitter parecen ser el leit motiv de este Gobierno, pero en lo concreto no hubo un repudio a la presencia del ministro de Relaciones Exteriores. Después puede haber una discusión de si desfile sí o desfile no, pero en lo cierto avanzamos en el proceso de desmalvinización.

-¿Los gobernadores patagónicos tienen una posición común sobre Malvinas, más allá de su partido?

-Entiendo que hay una mirada común. Eso hace que se pueda tener una mirada común en torno a la necesidad de que ejerzamos plenamente nuestra soberanía y el desarrollo estratégico de la región. Y te doy un ejemplo concreto: hace años venimos luchando en Río Grande para tener un puerto para mejorar nuestra logística industrial, en alimentos y para poder vincularnos mejor con la Antártida. Y cada vez que hay un proyecto importante de desarrollo estratégico, aparece una mano negra y se termina frustrando. Y creo que eso tiene que ver con la presencia británica en nuestro territorio y la presencia de las embajadas.

-¿Cómo ve el futuro del régimen de promoción industrial con este gobierno?

-La realidad económica e industrial de nuestra provincia la vemos con mucha preocupación. Por la fragilidad que puede llegar a tener la sostenibilidad legal de una promoción industrial que existe hace 50 años, pero que es muy castigada por los sectores vinculados a la importación. Comenzó un proceso importador en materia de alimentos y la electrónica no está exenta. También nos preocupa la caida estrepitosa del consumo. Eso nos golpea directamente a los fueguinos: la caída de la venta de celulares, de televisores, de aires acondicionados. Seguimos pensando cómo diversificar nuestra matriz de producción.

-Malena Galmarini dijo "la gente se hinchó las pelotas de nosotros" y señaló que el peronismo "está en la boludez". ¿Qué piensa?

-Una frase descarnada. Creo que lo que sí es claro es que debemos darnos una profunda rediscusión dentro del peronismo. Yo tuve la suerte de ser reelecto, pero tenemos que pensar en qué fallamos y en qué no estuvimos a la altura de las circunstancias. Tenemos que volver a enamorar y a representar a nuestras sociedades. Es importante pensar la formación de un nuevo proyecto nacional.