Ayer martes comenzó el juicio por el femicidio de Paola Ávila. Un tribunal colegiado, presidido por el juez Federico Diez e integrado por Paola Marocco y Francisco Mascarello, es el encargado de juzgar a siete varones y dos mujeres, acusadxs por la coautoría del crimen.

Está previsto que el juicio se extienda hasta el 18 de noviembre. Este miércoles seguirán las testimoniales y se espera que declaren vecinos y policías. El cuerpo de Ávila fue encontrado el 17 de enero de 2020 en un terreno baldío ubicado en el barrio Puerto Argentino de la ciudad de Salta, con un escombro de gran tamaño sobre la cabeza. También le faltaban las zapatillas.

La fiscala de la Unidad de Femicidios Mónica Poma mantiene la acusación contra nueve personas por homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y por mediar violencia de género (femicidio).

Los acusados son Pablo Guillermo Campos, Jorge Ignacio "Colita" Olmedo, Claudio Mario Herrera, Ezequiel Alejandro "Keco" Guzmán, Javier Alejandro Alfaro, Leonel Edgar Raúl Suárez, y Cristian Rubén "Lupín" Salas. También están imputadas por el mismo delito Gladys del Milagro Pastrana y Romina Gimena Bracamonte. Todxs se abstuvieron de declarar. El rol de cada unx no fue especificado durante la primera audiencia.

Familiares testigxs

La primera en dar su testimonio fue Victoria Ávila, hermana de Paola, quien ha impulsado los reclamos de justicia, participando en marchas contra los femicidios junto a otrxs familiares de víctimas.

Victoria contó que Paola era costurera y madre de dos hijas de 13 y 11 años y un hijo de 10 años en aquel momento. Residía con lxs niñxs en el barrio Alto La Viña

Relató que el 17 de enero de 2020 llegó al mediodía al tinglado del barrio Puerto Argentino donde fue hallado el cuerpo de su hermana y le informaron que estaba muerta. Fue hasta ahí luego de recibir un llamado de su hermana Patricia, quien le solicitaba que fuera a la casa, sumada a otra comunicación de una vecina que le anunció "pasó algo con tu hermana". 

El tinglado se ubica cerca de la casa de Paola, cruzando un canal que divide los dos barrios. "El lugar era conocido porque siempre hacían juntadera", indicó refiriéndose a que se reunían personas todo el tiempo a consumir bebidas alcohólicas. Al lado hay un "zanjón lleno de yuyarales", describió.

Victoria dijo que conoce a algunos de los imputados "de vista", y a otros de la infancia. Mencionó que Olmedo y Salas se juntaban con Paola. Sobre todo el segundo, iba a comer a su casa. 

"A mí me dijeron que le robaron las zapatillas, un celular. Es lo que murmuraban los vecinos", dijo Victoria respecto al femicidio. "Paola no tenía sus zapatillas" cuando fue encontrada. Contó que le dijeron "que Herrera se las vendió a Emilio Rodríguez. Después se deshicieron de las cosas". Describió a Rodríguez como "un transa de Puerto Argentino", según la referencia que le dieron chicos del barrio que consumen estupefacientes. 

Respecto al celular de la víctima, indicó que Paola tenía "uno chiquito" que se lo dejó a sus sobrinos esa noche. Además, refirió que no sabe si su hermana tenía problemas de adicciones, solo que consumía de vez en cuando, cuando salía, pero no supo precisar qué sustancia. Cree que la conseguía en la misma zona donde vivía, "hay mucho movimiento de eso", dijo.

También relató que la última vez que vio a su hermana fue una semana antes. Dijo que sabía por su padre que Paola iba a visitar todos los jueves a una pareja que se encontraba en la cárcel. Respecto a la noche anterior, "mis sobrinos me dijeron que había salido la noche anterior con Marcelo, un amigo", indicó Victoria. Dijo que este hombre ahora es policía.

Asimismo, contó que por una vecina de al lado de la casa de Paola, sabe que volvió esa noche a su vivienda. Esta mujer le contó que estuvo charlando con la víctima, quien le decía que ya se iba a dormir con sus hijxs.

Victoria relató que el padrastro de su cuñada, "Pablo, contó que vio a Gladys Pastrana con Colita en la mañana del 17 de enero, con un bulto entre la ropa", se infiere que eran las zapatillas de la víctima. "Se comentó que esa noche ella tuvo una discusión con un transa", sostuvo además Victoria respecto a los comentarios que circularon en el barrio. 

El segundo testigo, el hermano de Paola, Esteban Ávila, detalló que cuando llegó al lugar del hallazgo del cuerpo, le dijeron que Bracamonte y Pastrana encontraron a su hermana. Después la policía se llevó a ambas detenidas. Luego, las liberaron.

Esteban dijo que Bracamonte le aseguró que a Paola la mató un hombre al que le decían “Pelado”, que vivía en el barrio Limache y tenía un tatuaje en el brazo. Le contó que su hermana había discutido con él la noche anterior.

Además, el testigo relató que cuando encontró a Salas en la fiscalía le pidió que le dijera la verdad, que se conocían desde la infancia, y que le aseguró que había visto a Paola en el tinglado la noche anterior, donde estuvo con ella y otro grupo de personas hasta las 1 de la madrugada y se fue. Luego le dijo que volvió alrededor de las 5 y Paola todavía estaba ahí. Él se volvió a ir con un tal "Coquena" y regresó a las 5.40, cuando ya no encontró a nadie. Le refirió que pensó que se habían ido al búnker, una covacha ubicada detrás de un tinglado y ahí vio una persona en el suelo, mucha sangre y se dio cuenta de que era Paola.

Esteban resaltó que Salas no informó del hallazgo del cuerpo a la policía, después supo que quedó detenido e implicado en la causa. Dijo que tenía conocimiento de que Paola fumaba tabaco y pasta base, pero no todos los días. También sabía que en Puerto Argentino comercializaban sustancias prohibidas y que “Lupín” Salas “hacía la mano para vender", pero añadió que no puede asegurar que fuera “transa”.

"Si largaba la sopa todos iban en cana"

Esteban hizo referencia a un hecho sobre el que brindó declaración en la fiscalía. Había relatado que su cuñado escuchó a un tal Bebo decir "que si largaba la sopa iban todos en cana, que Paola había peleado contra tres antes de que la maten", que la habían ultimado en la casa de “Keco” Guzmán y que luego habían trasladado el cuerpo al baldío. 

Además, Esteban había referido que su cuñado indicó que Bebo estaba reunido con otras personas tomando bebidas alcohólicas a orillas del canal del barrio Puerto Argentino y que escuchó esa conversación. La defensora pública Sandra Ortiz pidió que Bebo sea citado a declarar en el juicio. A esa solicitud adhirieron todas las partes.

Patricia Ávila, también hermana de Paola, relató que la última vez que la vio con vida fue el domingo anterior. Dijo que sabe que el jueves, antes de que la mataran, ella había visitado a su pareja en el penal. 

También refirió que por sus sobrinxs, hijxs de Paola, se enteró que el día que fue asesinada tenía dinero y un celular de alta gama. Lxs niñxs le contaron que su madre prestaba plata, y ese día le habían devuelto dinero y también había recibido un teléfono como forma de pago.

Además dijo que Pastrana fue con la madre al velorio de Paola pero no la reconoció en ese momento. Del boca a boca, Patricia contó que escuchó que "Campos había matado a Paola". Asimismo, indicó que sabía que Paola tenía una relación "tensa" con su expareja, padre de lxs hijxs.

Por último declaró Daniela Ávila. "Exijo justicia por mi hermana", manifestó ante el Tribunal. Indicó que vivía al lado de la casa de Paola; el jueves, la vio salir y regresar alrededor de las 20. No sabe si salió de nuevo. Contó que Paola era costurera y también ayudaba en un comedor. Sabe que conocía a los imputados pero no era de frecuentarlos. Indicó que escuchó comentarios de que Paola estuvo con Marcelo en la noche.

El juez Diez otra vez juzga un femicidio

El juez fue denunciado hace 6 años por su expareja. Estuvo imputado por lesiones agravadas por la relación preexistente y por constituir violencia de género; desobediencia judicial y amenazas con armas. Esta acusación, que nunca llegó a dilucidarse públicamente debido a las idas y vueltas del caso, genera preocupación por aquello de la perspectiva de género que deben tener lxs magistradxs a la hora de intervenir en causas judiciales relacionadas con la violencia hacia las mujeres, cuya manifestación extrema son los femicidios.

El magistrado fue suspendido de sus funciones en 2018 por una resolución del Jurado de Enjuiciamiento, que preveía que en dos años ya podría resultar sobreseído o condenado. Sin embargo, desde diciembre de 2020 el juez volvió a ejercer como tal, mientras persistía la causa.

El Poder Judicial informó este año a Salta/12 que la causa contra el magistrado prescribió luego de un "acuerdo extrajudicial entre las partes". La denunciante había esperado 5 años el juicio, hasta que finalmente desistió del proceso.

El año pasado, la Multisectorial de Mujeres se pronunció repudiando que el juez Federico Diez juzgara el femicidio de Jimena Salas, estando en ese momento aún imputado. Esta organización había señalado "las deformaciones de un sistema judicial -con funcionarixs sin idoneidad ni sentido ético- que tornó al sistema en imperfecto, deficiente y perverso, podrían permitir, una vez más, que un juez imputado por violencia de género, juzgue y emita sentencia, en un caso de violencia de género. Muy lejos, de las altisonantes prescripciones del Código de Ética adoptado por la Corte de Justicia de Salta". La Multisectorial sostuvo entonces la imperativa necesidad de "una Reforma Judicial, con perspectiva popular y feminista".

Este año Diez también juzgó el femicidio de Agustina Nieto, lo que también generó preocupación y repudio en la familia de la víctima. Luego juzgó el femicidio de Martina Díaz.